CAPÍTULO 009: MALOS MOMENTOS

CAPÍTULO 009: MALOS MOMENTOS

Uno nunca sabe cuando está preparado, por ello es difícil luchar contra los miedos, contra las adversidades. Pero la vida es así, una ruleta rusa en donde cualquiera puede caer, tan solo es cuestión de suerte, a veces se gana y otras veces se pierde, pero debes aprender a levantarte cuando se pierde.

Yeiky Seminario – Asistente del grupo “Aliados”

Santos ingresó a su cuarto, se encontraba triste ante su despedida con sus compañeros del grupo de investigaciones, pero él sabía que debía tomar nuevos rumbos en su vida, tratar de encontrar a ese antiguo Santos que no le tenía miedo a los sentimientos, al amor, al odio, a la emoción, al te quiero, al todo. En ese momento ingresó Yeiky, quien le tocó el hombro, Santos volteó y le sonrío.

Yeiky: Me alegra mucho que hayas decidido viajar, se que eso te dará más fuerzas y que algún día volverás – Yeiky abrazó a Santos –, estoy seguro que volverás…
Santos: Yo también, y espero que cuando vuelva te vea hecho todo un profesional – Santos le tocó el hombro y le volvió a sonreír –
Yeiky: Espero no defraudarlo, maestro de maestros – Ahora fue Santos quien lo abrazó –
Santos: Bueno, bueno, aún no me voy así que anda a trabajar, ya habrá momentos de despedida – Yeiky sale de la habitación de Santos y este se recuesta en su cama –



Sergio y Brenda se encontraban en la sala de descanso, ambos estaban sentados en un mueble, en ese momento Brenda intentó besarlo, pero este la rechazó, lo que ocasionó una gran molestia en su “novia”.

Brenda: ¿Qué te pasa? ¿Por qué no me besas? – Sergio miró hacía el piso. Alfonso estaba espiando detrás de la puerta –, ¡Vamos, responde! – Dijo, muy malhumorada –
Sergio: No puedo, lo siento Brenda, pero no puedo – Brenda se sorprendió –, será mejor que me vaya – Sergio se paro, Brenda lo hizo igual y lo tomó del brazo –
Brenda: Ahora mismo me vas a decir que te pasa, desde hace tiempo estás muy extraño, ¿Qué te pasa? – Sergio suspiró –, en la mañana te pregunté si me quieres y no me respondiste…
Sergio: ¡Pero por favor Brenda! Tuve que salir a un operativo, fue algo urgente, perdóname – A Brenda se le llenaron los ojos de lágrimas –
Brenda: Entonces ahora respóndeme, ¿Me quieres o no me quieres? – Sergio agachó su mirada –, ¡Respóndeme con la verdad, te lo imploro! – Brenda se arrodilló, y Sergio la levantó al instante –
Sergio: ¡No hagas eso Brenda, por favor! – Sergio se encontraba muy sorprendido, Brenda se limpió las lágrimas –
Brenda: Entonces respóndeme, ¿Me quieres o no me quieres? – Sergio se tocó el cabello y suspiró –
Sergio: Está bien, lo siento Brenda, pero no te quiero de la forma en que tú crees – Empezaron a caer más lágrimas de los ojos de Brenda –
Brenda: ¿De qué me estás hablando? – Brenda se sentó nuevamente en el mueble –, ¿Te haz metido con otra? ¿Es eso? – Brenda lloró aún más –, se que no soy la mejor amante, pero no es para que me cambies por otra – Sergio se sentó a su costado –
Sergio: No, eso no tiene nada que ver, es que yo no te amo, no te puedo amar, yo tan solo puedo amar a una mujer y esa mujer no eres tú – Brenda se tocó el cabello –
Brenda: ¡No por favor! ¡No me digas eso! ¡No me dejes! – Brenda lo volvió a tomar del brazo y luego lo abrazó –, ¡Te necesito, por favor! – Sergio se sorprendió –



ENTRADA - ALIADOS:



Departamento de Cinthya:

Cinthya se estaba mirando en el espejo, en ese instante empezó a tocarse su rostro, sus senos, se empezó a sacar la ropa hasta quedar totalmente desnuda, luego lloró, lloró y no dejó de llorar, una tormenta del pasado le empezó a tocar el corazón, a tocar los sentidos…

Cinthya (Pensamiento): ¡Yo no soy fea! ¡No lo soy! – Golpeó el espejo con su mano y empezó a sangrar –, ¡Maldito seas, Sergio, Luís…! ¡Todos ustedes por haberse burlado de mí! Ahora mírenme y envídienme, ¡Mírenme! – Seguía llorando –, ¡Yo no soy fea!

Recuerdo:

Dos niños gritaban y reían a lado de una pequeña niña llamada Cinthya, quien lloraba y se quejaba, los otros dos niños, que se llamaban Sergio y Luís, no dejaban de fastidiar a la obesa, boba, pero tierna niña.

Sergio: ¡Mírenla, parece un globo inflado! – Todos reían –, una preguntita, ¿Tú no eres El Señor Barriga del Chavo del Ocho? – Se escucharon más risas –
Luís: ¡No, no! Ella es Pavarotti, ¡Cántate una cancioncita! – Volvieron a reír –
Cinthya: ¡Ya dejen de fastidiarme, le voy a decir a la profesora! – Los dos niños seguían fastidiándola –, ¡Por favor! ¡Ya no, ya no…! – En ese momento empezó a ver a esos dos niños por todo el salón, se tapó los oídos y cerró los ojos –, ¡Nooooooooooooooo!

Realidad:

Cinthya (Pensamiento): Que pena que ahora Luís esté muerto, ahora Sergio pagará por los dos… – Se empezó a tocar los senos –



Departamento de Liliana:

Liliana se encontraba echada en su cama, por ratos sonreía y hasta soltaba carcajadas, estaba recordando esos locos y adorables momentos que pasaba con su mejor amigo Sergio, con su “manito”, lindo y precioso, ahora había pasado de ser su mejor amigo al hombre con el que le gustaría pasar el resto de su vida…

Liliana (Pensamiento): Todo era excelente, éramos unos chicos inocentes, tan solo nos divertíamos y nos abrazamos e íbamos al cine y almorzábamos juntos y hasta jugábamos básquet juntos, ¡Claro, básquet, a Sergio no le gustaba el fútbol! ¡JaJaJa! Eso es lo que más me gustaba de él, prefería una buena telenovela a un tonto partido de fútbol – Suspiró –

Recuerdo:

Liliana se encontraba en su salón de clases conversando con Sergio y con Mauricio, los tres reían y hacían laberinto, estaban en la hora de recreo. Mauricio aprovechaba para comer una salchipapa, mientras que Sergio y Liliana se miraban a la cara y reían, reían y reían.

Liliana: ¡Ay Sergio! ¿Cuándo dejarás de decir tantas bromas? – Mauricio empezó a hablar con la boca llena –
Mauricio: ¡Si, oye, tu puro chiste nomás eres! – Sergio le empezó a acariciar el cabello a Liliana –
Sergio: Lo que pasa es que prefiero ocultar mi tristeza y convertirla en risas, en tus risas Lili – Liliana agachó la cabeza –
Liliana: ¡Ay ya no digas esas cosas! – Sergio le sonrío –, ¿Alguien ve la novela “Milagros”? Es que hoy es su final y no quiero verla sola – Mauricio empezó a reír –
Mauricio: ¡Pero por los clavos de Cristo, Liliana! ¿Cómo crees que nosotros vamos a ver esa novela? ¡Hoy es el partido del Alianza y Universitario, un clásico! – Sergio le tocó la mano a Liliana –
Sergio: Yo veo la novela, si quieres te busco y la vemos en la casa de mis abuelos – Ambos sonrieron –
Liliana: ¿De verdad manito? ¡Ay sería excelente! Me vienes a buscar a las 8, ¿Está bien? – Sergio le da un beso en la mejilla –
Sergio: A las 8 está bien, nos vemos – Le da otro beso en la mejilla –, la vamos a pasar excelente los dos juntos…

Sergio se paró y salió del salón. Liliana sonreía. Mauricio le hablaba, pero ella no le prestaba mayor atención, ella tan solo se imaginaba como sería esa hermosa noche junto a Sergio, su manito…

Realidad:

Liliana (Pensamiento): Ahora me doy cuenta que siempre te amé, que eso que sentía por ti no era una gran amistad, era amor, ¡Eso era amor! – Liliana suspiró y soltó una pequeña y hermosa risita –



Base – Aliados:

Brenda seguía abrazando a Sergio, quien se sentía muy incómodo y triste, pero no más triste que Brenda, quien lloraba por montones, quien sentía que su corazón dejaba de latir.

Brenda: ¡No me hagas esto! ¡Te lo suplico! No me dejes, no se que haría sin ti – Sergio agachó su cabeza y la movió negativamente –
Sergio: No Brenda, lo siento, pero no, nos estamos haciendo daño, yo no te amo y yo no te merezco, no merezco tu amor, no lo merezco porque no lo puedo corresponder – Sergio se levantó –, lo siento, ¡De verdad lo siento! – Brenda lloraba –
Brenda: ¿Y ahora yo qué voy a hacer? No me quiero quedar sin ti, no me quiero quedar sola – Sergio movió su cabeza –
Sergio: Tú nunca vas a estar sola, siempre me tendrás, pero no de esa manera, siempre me tendrás como un amigo – Brenda le tiró una cachetada –
Brenda: ¡Lárgate! ¡No te quiero ver! ¡Vete! ¿No decías que te ibas? ¡Pues vete!



Sergio salió rápidamente, parecía huir de esa peligrosa y dolorosa escena, en ese momento Alfonso fingió que recién llegaba, ambos se miraban, Sergio sospechaba que Alfonso los estaba espiando.

Alfonso: Escuché unos gritos, ¿Pasa algo? – Sergio no le dirigió la palabra y salió, Alfonso entró a la sala de descanso y miró a Brenda –, Brenda, ¿Pero que sucedió? – Se acercó a Brenda y esta lo abrazó –
Brenda: Sergio me dejó, se fue con otra – Decía entre lágrimas – y ahora yo estoy sola, sin nadie a mi lado – Seguían abrazados, Alfonso sonrío –
Alfonso: Mi Brendis, recuerda que siempre me tendrás a mí – Alfonso le empezó a limpiar las lágrimas con sus dedos –, no te me pongas triste, no lo soporto…
Brenda: ¿Por qué eres tan bueno conmigo? Con los demás eres malhumorado y hasta a veces malcriado, pero conmigo eres diferente – Alfonso se acerca a su boca –
Alfonso: Es que tú significas algo importante y diferente para mí – Ambos se miraron fijamente a los ojos y empezaron a acercar sus caras lentamente –
Brenda: ¿Importante y diferente? No te entiendo – Ambos se miraban de manera extraña, Alfonso de manera amorosa y lujuriosa, Brenda con un gran cariño que no se asemejaba al amor –
Alfonso: Es muy difícil decir esto, pero yo te amo Brenda, me he enamorado de ti y no entiendo como – Brenda se sorprendió y Alfonso la besó –



Carro de Sergio:

Sergio manejaba rápidamente, parecía querer escapar de alguien, parecía querer llegar a un lugar desconocido, parecía no saber a donde iba, tan solo escapar de ese lugar y de esa persona que tanto lo atormentaba.

Sergio (Pensamiento): ¡Vamos Sergio! Tienes que ser fuerte, no puedes llorar, ¡No puedes! – En ese momento frenó el carro y empezó a recordar el rostro de Brenda, el rostro triste, meditabundo, acongojado –, ¡Mierda! ¿Pero cómo se me ocurrió hacerle eso a Brenda? ¡Cómo! – No pudo evitar llorar y en ese llanto se encontraba una tormenta, una confusión, una inquietud, una tristeza inexplicable –, ¡Fuerza, fuerza! – Suspiró –, tú quisiste eso y es lo mejor para los dos – En ese momento comenzó a manejar con mayor rapidez –



Departamento de Mauricio:

Mauricio seguía algo borracho, encendió la radio y empezó a bailar, bailaba con una gran sonrisa, una sonrisa que ocultaba su tristeza, la tristeza de no poder tener a Liliana, la mujer que representa su obsesión, su deseo, su lujuria, en ese momento se cayó al piso y dejó de sonreír.

Mauricio (Pensamiento): ¡Lilianita, ¿Por qué no me puedes querer?! – En ese momento tocaron el timbre, Mauricio se dirigió a la puerta y al abrirla encontró a Niky, quien le tiró una cachetada –, ¿Qué carajo te pasa?
Niky: Eres un asqueroso, ¿Cómo te atreviste a hacerle eso a Liliana? ¡Eres un cochino, asqueroso, sucio! – Le volvió a dar una cachetada –
Mauricio: ¡A mí nadie me pega, carajo! – Mauricio agarró del brazo a Niky, la empujó hacía uno de sus muebles y cerró la puerta –, ¡Ahora te voy a sacar la mierda! – Niky lo miró aterrada –
Niky: ¡No te atrevas a ponerme un dedo encima! – Mauricio empezó a reír, se acercó a ella y le tiró una cachetada –
Mauricio: ¡JaJaJa! ¡Mira como si me atrevo! – Mauricio se acercó a la radio y subió más el volumen –, ahora nadie escuchará tus gritos y la vamos a pasar muy bien – Se empezó a quitar la correa del pantalón –, te voy a hacer mi mujer – Niky, quien estaba tirada en el piso, se arrastró hacía atrás –, ¡No intentes escapar porque no podrás!



Base – Aliados:

Brenda empujó a Alfonso, quien se sorprendió ante la reacción de Brenda, esta no dejaba de llorar, aún se sentía dolida por lo que le sucedió con Sergio, aunque también parecía llorar por la declaración de amor que le hizo Alfonso.

Brenda: No Alfonso, lo siento, pero no – Alfonso suspiró y en ese suspiro no pudo evitar que sus ojos se llenen nuevamente de lágrimas –, no puedo corresponderte, yo amo a Sergio…
Alfonso: Si, claro, se que lo amas, pero me podrías dar una oportunidad – Alfonso le tocó la mano a Brenda –
Brenda: No, no puedo, lo siento, pero nunca voy a poder amarte – Alfonso se tocó los ojos y se limpió las lágrimas que estaban a punto de caer de sus ojos –
Alfonso: Si, no te preocupes – Fingió una sonrisa –, yo solo quiero que tú seas feliz – Le acarició el rostro –, y no me importa si no es conmigo – Empezó a llorar y se volvió a tocar los ojos –, que seas feliz Brenda, adiós – Alfonso se levantó y fue hacía la puerta –
Brenda: Espera Alfonso – Alfonso se volteó hacía Brenda –, necesito un abrazo, ¿Me lo puedes dar? – Alfonso le sonrío y corrió hacía ella –
Alfonso: Siempre me tendrás, siempre – Le dio un beso en la mejilla –, y quiero que tú siempre tengas en cuenta lo que te he dicho…
Brenda: Está bien – Ambos sonrieron –, te quiero, eres una gran persona – Brenda también le dio un beso en la mejilla –, ahora no se que hacer con Sergio, ¡No se! – Sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas y volvió a abrazar a Alfonso –
Alfonso (Pensamiento): Yo me encargaré de que tú seas feliz, nadie te hará sufrir, ¡Nadie! – Alfonso le acariciaba sus hermosos y rubios cabellos –



Departamento de Niky:

Hugo se encontraba preocupado, ya hacía varias horas que Niky no llegaba del departamento de Mauricio y este no contestaba el teléfono, en ese momento sonó el timbre, Hugo aliviado, creyendo que era Niky la que tocaba, fue y abrió la puerta, sorprendido se quedó al ver que no era su amada la que estaba en la puerta.

Hugo: Sergio, compadre – Hugo le dio la mano a Sergio –, llegaste en el momento preciso, hace rato que Niky salió y no vuelve – Sergio ingresó al departamento –
Sergio: ¡Ufff, carambas! ¿Y sabes a dónde se fue? – Le preguntó, algo preocupado –
Hugo: Me dijo que se iba a hablar algo muy importante con Mauricio, pero hasta ahora no vuelve, ya pasó una hora y nunca se había demorado tanto, no me contesta su celular y en el departamento de Mauricio tampoco me contestan – Sergio movió su cabeza negativamente –
Sergio: Bueno, Mauricio tendrá que saber algo, vamos a buscarlo – Sergio salió, atrás de él iba Hugo –

Hugo entró al carro de Sergio, quien al entrar empezó a manejar rápidamente hacía la casa de Mauricio, Sergio parecía sospechar que algo malo había pasado, Hugo se sentía preocupado, también parecía sospechar lo mismo.



Departamento de Mauricio:

Mauricio caminaba lentamente hacía Niky, quien ya se había parado y se defendía arrojando objetos contra su “amigo”, quien se encontraba borracho y fuera de si.

ESCUCHAR SOUNDTRACK INTRIGA - ALIADOS:



Niky: ¡Mauricio, por favor! – Mauricio fue rápidamente hacía ella y la agarró del cuello –, ¡No, por favor, no me hagas daño! – Mauricio empezó a reír –
Mauricio: ¡Cállate, perra! – Le volvió a tirar una cachetada, luego cogió la correa y le empezó a tirar diversos correazos en la cara –, ¡Esto por perra! ¡Esto es por defender a la puta de tu amiga! – Le seguía tirando correazos –, ¡Las dos son iguales, perras!
Niky: ¡No, por favor! – Empezó a arrojar sangre de la boca –, ¡Ya no!
Mauricio: Se escucha muy extraño que una puta, como tú, me diga que ya no le de, si a ellas le gusta que le den, ¡Y que le den duro! – Seguía tirándole golpes, en ese momento entró Sergio dando una patada a la puerta y con una pistola en la mano –
Sergio: ¡Suéltala, concha tu madre! – Le disparó en la pierna –, ¡Ven Niky! – Niky corrió hacía Sergio y lo abrazó, atrás se encontraba Hugo –
Niky: ¡Gracias, gracias! – Decía entre lágrimas, luego soltó a Sergio para abrazar a Hugo – ¡Ay mi amor, Mauricio se volvió loco! – Sergio se acercó lentamente a Mauricio –
Sergio: ¿Qué mierda te pasa? ¿Por qué hiciste eso Mauricio? – Mauricio empezó a reír –, ¡Deja de reírte, carajo! ¿Por qué lo hiciste?
Mauricio: Porque se me dio la regalada gana, porque me la quería tirar así como me la tiré a Liliana – Sergio tragó algo de saliva –, ¡Si! Así como escuchas, yo me tiré a Liliana, yo la hice mi mujer – Mauricio sonrío –
Sergio: ¡Cállate, cállate…! – Sergio le tiró una cachetada –, ¡No vuelvas a decir eso! ¡No digas mentiras! – Sergio miró muy enfurecido a Mauricio –
Mauricio: No, no estoy mintiendo, es la verdad, yo me la tiré y Niky te lo puede confirmar – Sergio volteó y miró a Niky, quien agachó la cabeza –, un día que estábamos tomando ella se quedó dormidita y yo me aproveché – Sergio empezó a tirarle diversos puñetes –
Sergio: ¡Ya cállate, no vuelvas a decirlo! – Decía mientras le tiraba diversos puñetes al borracho –, ¡Muérete, muérete…! – En ese momento Sergio sacó su arma –
Mauricio: ¡Que haces, no! ¡Noooooooooooooooooo! – Sergio disparó contra él una y otra vez –
Sergio: ¡Muérete, hijo de perra, muérete, muérete…! – Niky y Hugo miraron sorprendidos a un descontrolado Sergio, quien repetía en innumerables veces la palabra “muérete”. Después de asesinar a Mauricio, se sentó a lado de él –, váyanse, quiero estar solo, no se preocupen por mí…

Niky trató de ir hacía Sergio, pero Hugo la agarró de los brazos y la obligó a salir. Sergio se quedó solo, no sabía que hacer, no sabía que decir, tan sólo contemplaba el cadáver del hombre que había destruido, aún más, ese día que ya era una tortura…



Días Después…

Alfonso y Leonardo se encontraban sentados en la sala de descanso de “Aliados”, Leonardo reía y hablaba, Alfonso se limitaba a escuchar sus estupideces, aunque ni siquiera se sabe si de verdad las estaba escuchando o no.

Leonardo: ¿Qué opinas? – Decía entre risas, Alfonso no le contestó –, ¡Hey, llamando al astronauta Alfonso, que vuelva a tierra! – Alfonso miró a Leonardo –
Alfonso: No soporto ver triste a Brenda, no lo soporto, ¡Maldita sea! – Golpeó el mueble –, quiero verla feliz, sonriente como antes…
Leonardo: Deberías aprovechar ahora que ya no está con Sergio – Alfonso suspiró –, ¿Te enamoraste de ella, verdad?
Alfonso: Si, y ella no siente lo mismo que yo, y yo prefiero verla feliz con otro a infeliz y sin nadie – Leonardo le tocó el hombro –
Leonardo: Alégrate, hoy al fin te compras tu departamento, así que alégrate, alégrate – Leonardo se levantó y dejó solo a Alfonso –



En ese momento ingresó Sergio, hablando por su celular, a la sala de descanso. Alfonso lo miraba intrigado.

Sergio: Si, Lili, hoy iré a tu casa a las cinco, y no solo para probar los panqués, sino también para conversar contigo de algo importante, es una sorpresa – Pensamiento: Al fin podré preguntarle si quiere estar conmigo, estoy seguro que me dirá que si –, ¡No, no te puedo decir! Ya te dije que es una sorpresa – En ese momento Santos empezó a gritar el nombre de Sergio –, te tengo que dejar, me llama el jefe, nos vemos – Sergio dejó su celular en una de las mesas y salió de la sala en busca de Santos –

Alfonso (Pensamiento): ¡Llegó la hora! – Alfonso se acercó al celular y miró el número de Liliana –, no te preocupes Brenda, pronto Sergio regresará contigo, de eso me encargo yo…

CONTINUARÁ…

En el próximo capítulo: ¿Qué podrían hacer Alfonso y Liliana juntos? No se pierdan el final de “Aliados”, ¿Podrás soportarlo? No apto para cardiacos.